Un enjambre de pájaros metidos
en jaula de metal guardó un cabrero
y a cuidarlos voló desde el otero
la pareja de padres afligidos.
-Si aquí -dijo el pastor-, vienen unidos
sus hijos a cuidar con tanto esmero,
ver cómo cuidan a los padres quiero
los hijos por amor y agradecidos-.
Deja entre redes la pareja envuelta,
la puerta abre el pastor del duro alambre,
cierra a los padres, y a los hijos suelta.
Huyó de los hijuelos el enjambre,
y como en vano se esperó su vuelta,
mató a los padres el dolor y el hambre.