Rafael Pombo


La Hora de Tinieblas

Cogitavi dies antiquos ;
et annos aeternos in mente habui.
Et meditatus sum nocte cum corde meo, et exercitabar,
et scopebam spiritum meum.
øNumquid in aeternum projuciet deus ;
aut non apponet ut complacitior sit adhuc ?

( PensÈ en los dÌas antiguos, y tuve en mi espÌritu
los aÒos eternos. De noche meditÈ en mi corazÛn : me
ejercitaba y purificaba mi espÌritu. øpor ventura de-
sechar· Dios para siempre o no volver· a ser benÈvolo ?)
øpor quÈ, si puede Dios, no satisface a la hambre
cruel que nos devora ?
CARVAJAL - SALMO

I
Oh, quÈ misterio espantoso
Es este de la existencia!
RevÈlame algo, conciencia!
H·blame, Dios poderoso!
Hay no sÈ quÈ pavoroso
En el ser de nuestro ser.
øPor quÈ vine yo a nacer?
øQuiÈn a padecer me obligue?
øQuiÈn diÛ esa ley enemiga
De ser para padecer?

Si en la nada estaba yo
øPor quÈ salÌ de la nada
A execrar la hora menguada
En que mi vida empezÛ?
Y una vez que se cumpliÛ
Ese prodigio funesto,
øPor quÈ el mismo que lo ha impuesto
De Èl no me viene a librar?
øY he de tener que cargar un bien contra el cual protesto?

AIma! si vienes del Cielo,
Si all· viviste otra vida
Si eres imagen cumplida
Del Soberano Modelo
øCÛmo has perdido en el suelo
La fe de tu original?
øCÛmo en tu lengua inmortal
No explicas al hombre rudo
Este fatÌdico nudo,
Entre un Dios y un animal?

O si es que antes no exististe,
Y al abrir del mundo al sol
T˙, divino girasol
Gemela del polvo fuiste,
øQuÈ crimen obrar pudiste?
øDe, contra quiÈn, cÛmo y cu·ndo,
Que estuviese a Dios clamando
Que al hondo valle en que est·s
Surgieses t˙, nada m·s
Que para expiarlo llorando?
Pues cuanto ha sido y ser·
De Dios reside en la mente,
Tanto infortunio presente
øNo lo completaba ya ?
Y øPor quÈ, si en Èl esta
Del bien la fuente suprema,
LanzÛ esa voz o anatema
que hizo s˙bito existir 3
Un mundo en que oye gemir
Y un hombre que de el blasfema ?
øCÛmo de un bien infinito
Surge un infinito mal,
De lo justo lo fatal,
De lo sabio lo fortuito ?
øpor quÈ est· de Dios proscrito
El que antes no le ofendiÛ,
Y por quÈ se le formÛ
Para enloquecerlo asÌ
De un alma que dice sÌ
Y un cuerpo que dice no ?
øPor quÈ estoy en donde estoy
Con esta vida que tengo
Sin saber de dÛnde vengo,
sin saber a dÛnde voy ;
Miserable como soy,
Perdido en la soledad
Con traidora libertad
E inteligencia engaÒosa,
Ciego a merced de horrorosa
Desatada tempestad ?

Hoja arrancada al azar
De un libro desconocido
Ni fin ni empiezo he traÌdo
Ni yo lo sÈ adivinar;
Hoy tal vez me oyen quejar
Remolineando al imperio
Del viento; en un cementerio
MaÒana a podrirme irÈ,
Y entonces me llamarÈ
Lo mismo que hoy: un misterio!

De pronto asÌ cual soÒando
En alta mar sorda v fuerte
Entre la nada y la muerte
Me encuentro a oscuras bogando;
Sopla el tiempo, y ando, y ando,
Ignoro a dÛnde y por quÈ,
Y si interrogo a la fe
Y a la razÛn pido ayuda,
Una voz me dice ´duda
Y otra voz me dice ´cree

Con menos alma, quiz·s
SÛlo la segunda oyera,
O con m·s alma, pudiera
No equivocarme jam·s:
Entonces creyera m·s,
O al menos, dudara menos;
Pero, a malos como a buenos
Plugo al SeÒor conceder
Luz bastante para ver
Que estamos de sombras llenos.
La debilidad por guÌa,
La tentaciÛn por camino,
øEs de virtud el destino
Que su bondad nos confÌa?
øEs fuerza que en lucha impÌa
Nos pruebe el Genio del mal
Para ir a un condicional
Anhelado ParaÌso?
øPara ser bueno es preciso
Poder ser un criminal?

Mas... °soy libre! y øpara quÈ?
Para enrostrarme a mÌ mismo
EI caer a un hondo abismo
Que otro ha cavado a mi pie,
Y renegar de la fe,
Luz de mi infancia serena,
Y fiar a un grano de arena
La eternidad de mi ser,
Debiendo yo responder
De la creaciÛn ajena.
Somos libres! libertad
Que no deja ni el consuelo
De enrostrar el mal al Cielo
O a nuestra fatalidad!
°Libres... y la voluntad
Es plena para el deber!
Libres... y hay luz para ver
Lo que es crimen desear,
Y alma para delirar,
Y corazÛn para arder!

Libres, cuando delincuentes
Desde el vientre maternal
Ya Èramos siervos del mal
Y del dolor penitentes;
Y con cadenas ardientes
Al crimen de otro amarrados
Ya est·bamos sentenciados
A purgarlo aquÌ por Èl
Y a extender para Luzbel
La siembra de los pecados!
Oh, Ad·n! øcu·ndo estuve en ti?
øQuiÈn te diÛ mi alma y mi pecho?
øQuiÈn te concediÛ el derecho
De que pecaras por mÌ?
Si en tu falta delinquÌ
Y en tu inficiÛn me condeno,
øpor quÈ un Dios tan justo y bueno
No me lavÛ en la virtud de otro Ad·n, y la salud
No me volviÛ en cuerpo ajeno?
Si en mis carnes heredÈ
La ponzoÒa de la suya,
Que en las carnes arda y fluya!
Pero en el alma øpor quÈ?
Si mi alma su alma no fue,
Si es chispa de Dios directa,
øCÛmo de luz tan perfecta
Tan imperfecta saliÛ?
Si Ad·n por Dios no pecÛ
øCÛmo su infecciÛn la infecta?
Absurdo! °no puede ser!
Y sin embargo es, y ha sido,
Y aquÌ lo siento, esculpido
En el fondo de mi ser,
Cual si otro Dios, Lucifer
Concurriese audaz con Dios
AI soplar dentro de nos
El vital celeste lampo
Y fuÈsemos luego el campo
Del batallar de los dos.
Esperanza que me engaÒas,
TentaciÛn que me provocas
Pasiones que con mil bocas
Me desgarr·is las entraÒas
Ciencia que mi vista empaÒas,
Orgullo que atas mi oÌdo.
RazÛn que sÛlo has servido
Para perder la razÛn. . .!
...°Ay! Contra tantos øquÈ son
Los que de polvo han nacido?
Dios que por prueba concitas
Enemigos quÈ vencer
D·me armas, d·me poder
Para la lid que suscitas.
Pero si el poder me quitas,
Libre renuncio a existir,
Pues no debo consentir
Que me hayas venido a echar
Esclavo para lidiar
Libre para sucumbir.
Si dijiste: 'A cada cual
El bien y el mal le propongo,
El escoja y yo dispongo',
øEl hombre ha escogido el mal?
Escoge el reo el dogal
O unce el libre su cadena?
Si su ciencia, mala o buena,
Le basta para escoger,
øEl mismo ha venido a hacer
La elecciÛn que le condena?

Si libre siempre ha elegido
El hombre flaco y mortal,
øA elegir siempre su mal
QuÈ negro azar lo ha impelido?
Y si, una vez que ha caÌdo
Libre alguna vez se viÛ,
øCÛmo de nuevo tornÛ
De su pÈrdida al abismo,
Enemigo de sÌ mismo
Y del ser que lo creÛ?

Si tu infinita bondad
PresidiÛ a cuanto hay creado,
øPor quÈ le diste al pecado
Sombra de felicidad?
øPor quÈ de la adversidad
Hiciste hermano al delito?
Ah! con verdad est· escrito
Que cuando tu ·ngel bajÛ
SÛlo un Lot, un justo, hallÛ,
En la ciudad del maldito.

Nula es mi sabidurÌa,
Pobre mi benevolencia
Pero si la Omnipotencia
Un instante fuese mÌa,
No! yo no concebirÌa
Culpas de la criatura!
Santa, universal ventura,
Fuera un himno sin cesar
De incienso para mi altar !
De amor para mi hermosura !

No asÌ en la obra de aquel
Que desÛyenos su nombre,
Cual si el tormento del hombre
No lo atormentara a Èl;
Cual si pudiera cruel
Ser tambiÈn consigo mismo,
O suscitar el abismo
Do impele a su creaciÛn
Por dar lugar al perdÛn
Con que adula su egoÌsmo.

øQuiÈn te hizo Dios? øPor quÈ, di
CÛmo, dÛnde y cu·ndo vino
Privilegio tan leonino
A corresponderte a ti?
øPor quÈ no me tocÛ a mÌ
Ese poder de poderes?
Ay! siendo lo que t˙ eres
No fuera el mundo cual es,
O aplastara con mis pies
Tan triste enjambre de seres.
He aquÌ el mundo que a tu acento
ViÛ la hermosa luz del dÌa!
Si fuese mi obra, serÌa
Mi eterno remordimiento:
Fue un edÈn tu pensamiento,
Un infierno resultÛ,
Y al hombre que te burlÛ
Y audaz tu imagen degrada
No lo vuelves a la nada
QuÈ importa, oh sol, tu esplendor
Jugando en mil gayas lumbres
Desde las nevadas cumbres
Hasta la nÌtida flor!
Que importan, noches de amor
Tus cariÒosas estrellas. . . !
Ah! tantas cosas tan bellas
Que provocando a llorar
Parecen hoy extraÒar
Delicias que vieron ellas!

Del templo monumental
Siguen contando el portento
El f˙lgido pavimento
Y el dombo etÈreo, inmortal;
Mas donde un velo nupcial
CubriÛ angÈlicos sonrojos,
Hoy nos ofenden los ojos
Ahuyent·ndonos infectos,
Abominables insectos
Que procrean entre abrojos.

El palacio en que a reinar
El Creador nos convida,
Se tornÛ en prisiÛn por vida
De aislamiento y de pesar.
De su excelso palomar
El alma inocente huyÛ:
atraÌda cuando viÛ
tu hermosura de la pampa,
CayÛ aquÌ, como en la trampa
Que para el buitre se armÛ.

L·stima, l·stima horrenda
Ver en tal desarmonÌa
Claro sol y alma sombrÌa
El viviente y su vivienda.
Sentir la eterna contienda
Y el caos siniestro interior,
Cuando todo en derredor,
Todo, excepto el hombre infando,
Va en paz y en orden cantando
La gloria de su Hacedor.
Oh angustia! sentir por dentro
De este infernal laberinto
La espuela cruel de un instinto
De algo que busco y no encuentro,
Caverna odiosa, y al centro
Un ojo para mirarla,
Luz que en vez de iluminarla
Permite que se entrevean
Vampiros mil que aletean
Luchando por apagarla.

øEn dÛnde est·s oh verdad!
Oh rabia del alma mÌa,
Concierto de la anarquÌa,
Ley de la contrariedad,
Amor del odio, equidad
De tantas iniquidades,
Beldad de monstruosidades,
Tu razÛn, oh Creador!
Para ver crimen y error
Sin que al surgir lo anonades?

øEn dÛnde est·s °oh hermosura!
Que de ti no m·s que el nombre
Diste a otro ser como el hombre,
De arcilla y de desventura;
Esa ingeniosa impostura
Que al tacto se disipÛ
y sÛlo acibar dejÛ,
Y el vivo rastro infelice
De otro eslabÛn que eternice
El llanto que le costÛ?

Pobre mujer,sea cual sea
Tu elevaciÛn o tu afrenta,
quien habr· que hombre se sienta
Y sin caridad te vea!
La m·s feliz se crea
Es m·rtir a˙n de sus dichas,
Y a las dem·s, entredichas
como sombras del festÌn,
No tocÛ ni el bien ruÌn
De desahogar sus dichas.

Gente... y m·s gente... y m·s gente
Pasa delante de mÌ,
Oh! quÈ triste es ver asÌ
La humanidad en torrente!
ignoro cual es su fuente
Y en quÈ mar se perder·;
Mas de cierto juro ya
Que en el ser de cada uno
El aguijÛn importuno
De la desventura va.
Dardo que nunca se embota,
Elemento creador!
Inmenso pan de dolor,
Que la humanidad no agota,
Gaje fatal con que dota
La existencia a cada cual,
Genio insaciable del mal,
Demonio sombra del hombre!
DÌ quiÈn eres, dÌ tu nombre
Para maldecirte tal!

øEres la serpiente horrenda
Que en su torva fantasÌa
ViÛ el escadinavo un dÌa
CiÒendo el mundo tremenda?
Como con perpetuo delenda
Oigo su ronco silbar.
Y estrechando sin cesar
Sus fÈrreos anillos duros,
Hace en sus ejes seguros
Gemir el orbe y temblar!
øNo te basta el mundo? DÌ!
øSon pocos tantos millones
De infelices corazones
Engendrados para ti?
Supremo dÈspota aquÌ,
øPasa de aquÌ tu poder?
Y a˙n no harto con hacer
De la existencia un infierno,
øSiempre que el hombre sea eterno,
Como Èl. eterno has de ser?

Un tiempo la idolatrÌa
Preces y altares te alzÛ
Y al Dios del bien lo negÛ
Y en ti a Dios reconocÌa
Te palpaba, te tenÌa,
Mal, soberano iracundo
Cual si con desdÈn profundo
Dios de su obra avergonzado
Hubiera en tu pro abdicado
El triste imperio del mundo.
Ah! øquÈ no tiene el SeÒor?
Nunca agotar·n sus manos
Sus oceanos de oceanos
De felicidad y amor;
°Venid! dijo el Creador,
´Que a mi banquete os convida
Mi larguezaª Estremecida
Natura hirviente fundiÛ,
Y el hombre naciÛ... °y naciÛ
Llorando el don de la vida!

Angeles creÛ para sÌ,
En el cielo y para el cielo,
Ellos no bajan al suelo
A perder el cielo aquÌ;
No tan dichoso, ay de mÌ!
Ha sido el hombre creado:
Nace para ser tentado,
Vive en pugna y en error,
E hijo de un mismo SeÒor
El no es el predestinado.

Entre dolores naciendo,
Miseria y dolor mamando
Pecado y llanto mirando
Sin saber lo que est· viendo:
En su fuente van vertiendo
Desde antes de la razÛn,
La vida la tentaciÛn,
La tentaciÛn el delito
Y con Èste, Dios lo ha escrito
°Quiz· la condenaciÛn!

Fuente que de la montaÒa
SaliÛ ernponzoÒada ya,
En sus claras linfas va
PonzoÒa por la campaÒa;
Envenena cuanto baÒa,
CorrÛmpese ella tambiÈn,
øY quiÈn la depura? øquiÈn
La vuelve a su manantial?
øQuiÈn esa fuente del mal
Tornar· fuente del bien?

Y ah! con balanza traidora
DotÛse a la criatura,
El mal lo palpa y lo apura,
El bien lo sueÒa. . . o lo llora:
Cuando uno es feliz lo ignora,
Cuando infeliz, bien lo prueba,
Parece que Dios nos lleva
Libro de cuentas extraÒo
D·ndonos Ìntegro el daÒo,
Para que el bien se nos deba.

El mal es piedra que cae,
Ni·gara que se desprende;
El hombre no lo suspende.
Su propio ser se lo trae;
Parece que nos atrae,
Que Èl es nuestro fin preciso,
Y que de haber paraÌso
Sobre este infierno, hacia Èl
Vamos contra una cruel
Ley que condenarnos quiso.

La tempestad nos presenta
Sus iris por agasajo,
Un rayo de luz los trajo,
Otro rayo los ahuyenta;
AsÌ en la eterna tormenta
De este infeliz corazÛn,
Si luce gaya ilusiÛn
En el cielo del destino,
A una pulsaciÛn nos vino,
Y huye en otra pulsaciÛn.

Siempre el mal va acompaÒado
De algo indeleble y eterno,
Y Èl tiene mas del infierno
Que del cielo al bien se ha dado:
El bien como que es prestado;
Mas °ay! bien propio es el mal.
Y a˙n las veces que el mortal
Fant·stico lo delira,
Tiene su triste mentira
M·s verdad que el bien real.

El recuerdo del placer
Es el dolor de su ausencia
Y nos duele en su presencia ,
El tenerlo que perder.
Un bien que no ha de volver
Es un torrnento mayor,
Y a fin de que su rigor
No diese treguas al pecho,
Dios en el recuerdo ha hecho
La eternidad del dolor.

Un bien nunca satisface
Mientras que el mal es sobrado
Y el mal hace desgraciado,
Pero un bien feliz no hace;
Y tan predispuesto nace
El hombre para el pesar,
Que imbÈcil para gozar
Y h·bil para padecer,
Llora su propio placer
Cuando no halla quÈ llorar.

Duda y exasperaciÛn
Dejan los padecimientos,
Y tedio y remordimientos
Deja el goce al corazÛn.
L·grimas a un tiempo son
De angustia y risa despojos,
Y cuando libres de enojos
M·s inocentes reÌmos,
Bien nos dice que mentimos
El llanto que hay en Los ojos.

Yo, mÌsero, ya nacÌ
Cris·lida de la nada,
Y no ha de ser revocada
La sentencia que cumplÌ.
Dispones, °oh mal! de mÌ
Y a evitarte nada alcanza
Armada de ti se avanza
La eternidad luego en pos
Y hay que dar eterno adiÛs
Al sueÒo de la esperanza.

La vida es sueÒoó °Callad,
Oh CalderÛn! est·is loco:
Hace veinte aÒos que toco
Su abrumante realidad;
Yo te palpo Iniquidad!
°Desgracia! no eres fingida.
Que si al placer dÌ acogida,
Un instante aquello fue;
Un instante en que olvidÈ
La realidad de la vida.

øLa vida un sueÒo? QuÈ sueÒo
Tan raro en su obstinaciÛn!
°Siempre el mismo! Siempre IxiÛn
Volteando en su hÛrrido leÒo
Siempre en su b·rbaro empeÒo
El demonio que llevamos!
Ah! con razÛn despertamos
Con lÌvida faz que aterra,
Yertos, mordiendo la tierra
Que en frÌo sudor empapamos.

No es un sueÒo, es un delirio
Es pesadilla infernal
De un despierto, un criminal
Que envejece en el martirio.
En vano irÛnico cirio
Nos alumbra la razÛn:
Entrevemos salvaciÛn ,
De dicha y paz hay asomo
Mas ah! Los pies son de plomo
Y es T·ntalo el corazÛn.
Duelo y crimen sÛlo veo,
Duelo y crimen sÛlo aspiro,
Al mal un verdugo miro
Y al mundo un inmenso reo,
Despechado clamoreo
Oigo alzarse eternamente,
Y con hastÌo vehemente
Pasma la imaginaciÛn
Que esta sea la creaciÛn
De un Dios amante y clemente

øQuiÈn sino el genio del mal
Improvocado y saÒudo
Revestirme el alma pudo
De carne flaca y mortal?
øQuiÈn sino Èl a este raudal
De corrupciÛn me trajera
A tornar en monstruo, en fiera,
Un ente ·vido del bien
Digno sÛlo de un edÈn
Donde feliz ser debiera ?

ø Por quÈ, invisible sayÛn
Que llamo y no me respondes,
Lanzas el dardo y te escondes
A mi desesperaciÛn?
Estoy a tu discreciÛn,
Invulnerable enemigo;
S·ciate, ap˙ra el castigo,
Triunfa y goza en mi dolor
Mientras yo, vil gladiador,
Te saludo y te bendigo.

´Ama, cree, sufre y esperaª,
Me dir·, ´que aunque te espante
La vida, es sÛlo un instante
De probaciÛn pasajeraª
°SeÒor! por corta que fuera
Fue sobrada para mÌ
Si el instante que vivÌ
BastÛ para condenarme,
BastÛ para exasperarme,
°Hasta blasfemar de ti!

CÛmo es posible, Dios mÌo,
Que haya tantos, tantos tristes
Cuando t˙, oh SeÒor, existes
Con tu inmenso poderÌo,
Y cuando de tu albedrÌo
Solamente a la intenciÛn
En lluvia de bendiciÛn
SonreÌda a nuestro ruego
Volviera la vista al ciego
Y al demente la razÛn!

Esta abdicaciÛn que has hecho
De tu excelsa voluntad
En mal de la humanidad,
Aunque intentada en provecho,
He aquÌ el correntoso estrecho
Y el escollo en que caÌ,
Y yo no puedo ay de mÌ!
Juzgar de tu providencia
Sino con esta conciencia
Con que a juzgarme aprendÌ.

Sabios funestos, callaos!
El caos fÌsico ha cesado,
Pero el que lo hizo ha dejado
Al espÌritu en un caos.
Pobres hombres! revolcaos
Mintiendo felicidad;
Yo entre tanta oscuridad
Rebelde contra mi suerte,
AnsÌo deberle a la muerte,
O la nada o la verdad.
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