Rafael Pombo


La Desconocido

øQuÈ instinto misterioso al hombre inclina
Al despego y frialdad por todo aquello
Que ya conoce, y a vestir de encanto
Y aun perseguir con afanosa industria
Todo lo que le es desconocido?

La cumbre azul de inaccesible monte,
La temblorosa estrella, el pajarillo
Que canta y no se ve, la forma vaga
Que definir las sombras no permiten;
El raudal que velado entre hondo bosque
Estrepitoso se derrumba; el rÌo
Que por arcos de selva entrando vemos
A otro mayor do navegando vamos;
Una frase fugaz de amiga boca
Que a medias, percibimos; un sarao
Desde afuera escuchado; un pie que asoma
La media estrofa de un papel rasgado;
La inscripciÛn rota, la actitud y asunto
Del torso antiguo, el fondo del estanque,
Los remotos orÌgenes del Nilo;
La ignota mano que escribiÛ un billete
La nave que en la bruma se consume;
El crep˙sculo incierto, grato al alma
Muy m·s que el esplendor del mediodia;
Los cuasi temas, los acordes sueltos
Que de lejana m˙sica nos traen
Las r·fagas del viento caprichosas;
El reciÈn muerto, cuyo gesto inmÛvil
Calla pertinazmente el gran secreto
Que fascinada el alma le pregunta;
El hÈroe muerto en flor, que siempre excede
A cuantos su epopeya remataron...
Hay en todo eso el Ìntimo atractivo
De lo desconocido o lo incompleto
Que a investigar o a completar provoca.

Oigo en todo eso un °b˙scame! irritante;
Im·n de lo infinito a lo finito;
O una belleza de ilusiÛn que acaso
La belleza real no alcanza nunca .
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Parece que abrigara el alma humana
Tipos de toda perfecciÛn , los cuales
En infalible idealidad modelan
Los breves elementos que reciben;
Mientras que, si tentamos coronarlo
Con nuestros medios materiales, todo
De los sentidos la torpeza acusa.

Pero ese af·n perseguidor envuelve
La mejor Iucha de la vida, y llenos
Siglos y tierra est·n de sus conquistas.
De allÌ la ciencia, progresiva marcha
De lo noto a lo ignoto, a la cual deben
El cielo estrellas, y la tierra un mundo;
De allÌ el perdido EdÈn y de allÌ el Arte,
Cazador de hermosura, que delira
En volver a encontrar el ParaÌso
De allÌ la Historia, la locuaz curiosa;
De allÌ el Amor, pues siempre en lo que amamos,
Algo, a nuestro pesar, desconocemos;
Y de allÌ, el desamor para el ingenio
Que, como un libro de escolar, permite
Que el corazÛn le aprenda de memoria;
AllÌ la Fe, visiÛn de lo invisible;
AllÌ, en fin, el instinto, la conciencia
De un destino inmortal; de algo que abraza
Juntos misterio y soluciÛn de todo;
Unidad, perfecciÛn de perfecciones;
Causa primera y fin de cuanto existe;
Consciente posesiÛn de lo absoluto
Ardiente vida en Èxtasi inefable.
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