Manuel Gutierrez Najera

1859-1895 / Mexico

Pax Animae (Spanish And English)

Speak not a word of wild, blaspheming grief!
Be proud, be brave, though fallen in the strife,
And gaze, oh poet, with supreme disdain
On all the dark injustices of life!

Thou shalt not seek for constancy in love,
Nor aught eternal from frail mortals ask;
To rear sepuchral monuments on high
From all thy griefs, O artist, be thy task!

Chisel thy statues out of marble white,
Forms chaste of mien, though naked to the air;
And let speech slumber on their sculptured lips;
Let them stand deeply sad, yet silent there.

A name! A sounding echo on the air,
Fleeting and frail, its life a moment's span!
A dreamer's foolish idol! Name and fame!
This is the last sad vanity of man.

Why should we justice seek, or clemency.—
If our own comrades here deny our plea—
From the indifference, mute and icy-cold,
Of unknown men, to live in days to be?

Tardy compassion why should we implore
From strangers hid in shadows, one and all?
The echoes sleep within the darksome wood,
And no one, no one answers to our call.

The only consolation in this life
Is to remember happy hours and fair,
And lift our eyes on high to view the skies
When skies are blue or stars are shining there;

To flee the sea, and on the sleeping lake
Enjoy the water's calm, the peaceful time;
To sleep—to dream—our wizard strong, the Dream,
Is a deceiver holy and sublime!

'Tis true, alas, that in the honest breast
The fresh wound calls for vengeance and for strife;
But yet—forgive the evil they have done!
All suffer from the malady of life.

The very men who crown themselves with flowers
Are born to sorrow, and to perish, too.
If those you love the most betray your trust,
Forgive them, for they know not what they do!

Perhaps those instincts they inherited,
And they avenge unknowingly to-day
Races that gathered on their hapless heads
All griefs and hatreds ere they passed away.

Are thou perchance the judge—the sinless one?
Do justice and sweet mercy meet in thee?
Ah, who is not a fugitive, that bears
The weight of crimes unpunished, guiltily?

Who has not feigned to love, dared with false vows
Into a maiden's holy soul to steal?
Who can be sure that he has never killed?
Who is the just man, that may justice deal?

Pity and pardon for all those that live!
So, full of love, in mild and gentle mood,
We shall be tender and compassionate,
And haply, haply, some time shall be good!

Friend, dost thou suffer? Seek thy sweetheart fair
In deathless beauty, free from pain and fear—
Live leaning on thy sadness, as of old
On young Cordelia leaned the wandering Lear.

See, far and farther ebbs the dying day!
How good it is to rest! In shade obscure
The woodland lulls us with a music soft;
Virgin the water is, the air is pure.

Weary, her eyes the light is closing now;
Sad murmors sound, and many a mournful sigh.
The night, descending, to the earth says, 'Come!
'Tis over. Go to sleep, and do not cry!'

To recollect—forgive—have loved, believed,
And had brief happiness our hearts to bless,
And soon, grown weary, to recline against
The snowy shoulder of forgetfulness!

To feel forevermore the tenderness
That warmed your youthful bosoms with its flame,
Receiving happiness, if it should come,
Like a glad visit from some beauteous dame;

To hold still hidden that which most we love—
Smiling forgiveness on our lips to keep—
Until at last, O earth! we come to thee
In the complete abandonment of sleep:

This ought to be the life of him who thinks
How transient all things are that meet his eyes,
And, wisely, stops before the wide expanse
Of falsehood's ocean that around him lies.

Gather the flowers, while there are flowers to pluck;
Forgive the roses for their thorny guise!
Our sorrows also pass away and fly,
Flitting like swarms of dark-winged butterflies.

Love and forgive! Resist with courage strong
The wicked, the unjust, the cowardly.
The silent night, when it settles down,
Pensive and sad, is beautiful to see!

When sorrow dims my spirit, on the heights
I seek for calmness and for shining light.
Upon the frozen summits of my soul
Infinite pity spreads its hue of white.

Pax Animae (Spanish)
Ni una palabra de dolor blasfemo!
se altivo, sé gallardo en la caída,
y ve, poeta, con desdén supremo
todas las injusticias dela vida!

No busques la constancia en los amores,
no pidas nada eterno a los mortales,
y haz, artista, con todos tus dolores
excelsos monumentos sepulcrales.

En mármol blanco tus estatuas labra,
castas en la actitud, aunque desnudas,
y que duerma en sus labios la palabra
y Se muestren muy tristes ¡pero mudas!

¡ El hombre!... Débil vibración sonora
que dura apenas un instante! ¡El hombre!.
¡ ídolo torpe que Iluso adora!
Ultima y triste vanidad del hombre!

¿A qué pedir justicia ni clemencia
-si las niegan los propios compañeros
a la glacial y muda indiferencia
de los desconocidos venideros?

¿A qué pedir la compasión tardía
de los extraños que la sombra esconde?
¡ Duerme los ecos en la selva umbría
y nadie, nadie a nuestra voz responde!

En esta vida el único consuelo
es acordárse de las horas bellas.
y alzár los ojos para ver al cielo...
cuando el cielo está azul o tiene estrellas.

Huir del mar y en el dormido lago
disfrutar de las ondas en reposo.
Dormir... soñar... El sueño, nuestro mago
es un sublime y santo. mentiroso.

¡ Ay! es verdad que en el hondo pecho
pide 'venganza la reciente herida...
pero... perdona el mal que te hayan hecho
¡todos están enfermos de la vida!

Los mismos que de flores se coronan,
para el dolor, para la muerte nacen.
Si los que tú más amas te traicionan
perdónalos, no saben lo que hacen.

Acaso esos instintos heredaron
y son los inconscientes vengadores
de razas o de estirpes que pasaron
acumulando;.todos los rencores

¿Eres acaso el juez? ¿ El implacable?
¿Tú la justicia y la piedad reúnes?
¿Quién no es fugitivo responsable
dé algunos o muchos crímenes impunes?

¿Quién no ha mentido amor y ha profanado
de una alma virgen el sagrario augusto?
¿Quién está cierto de no haber matado?
¿Quién puede ser el justiciero, el justo?

¡ Lástima y perdón para los vivos!'
Y así. de amor y mansedumbre llenos,
seremos cariñosos, compasivos
y alguna vez, ¡ acaso buenos!

¿ Padeces? Busca a la gentil amante,
a la impasible e inmortal belleza,
y ve apoyado. como Lear errante,
en tu joven Cordelia: la tristeza.

Mira: se aleja perezoso el día...
¡Qué bueno es descansar! El bosque oscuro
nos arrulla con lánguida armonía.
El agua es vinagre. El ambiente es puro.

La luz, cansada, sus pupilas cierra;
se escuchan melancólicos rumores.
y la noche, al bajar, dice a la tierra:
“¡Vamos ya está... ya..duérmete... no llores!'

Recordar... Perdonar... Haber amado.......
Ser dichoso un instante, haber creído...
Y luego reclinarse fatigado
en el hombro de nieve del olvido

Sentir eternamente la ternura
que en nuestros pechos jóvenes palpita,
y recibir, si llega, la ventura
como a hermosa que viene de visita.

Siempre escondido lo que más amamos
siempre en los labios el perdón risueno
hasta que al fin, ¡oh tierra:, a ti vayamos.
¡con la invencible laxitud del sueño!
Esa ha de ser la vida del que piensa
en lo fugaz de todo lo que mira,
y se detiene, sabio, ante la inmensa
extensión de tus mares, ¡oh. Mentira!

Corta las flores, mientras haya flores;
perdona las espinas a las rosas...
¡También se van y vuelan los dolores
como turbas de negras mariposas!

Ama y perdona. Con valor resiste
lo injusto, lo villano, lo cobarde. .
¡Hermosamente pensativa y triste
está al caer la silenciosa tarde!

Cuando el dolor mi espíritu sombrea
busco en las cimas claridad y calma,
¡y una infinita compasión albea
en las heladas cumbres de mi alma!
96 Total read