Gregorio Gutiér González


Traduccion de Victor Hugo

¡Oh! No insultéis a la mujer que cae,
No sabemos qué peso la agobió;
Y ni sabemos cuánto tiempo el hambre
Hiciera en vano vacilar su honor.

¿Quién no ha visto mujeres extenuadas
Asirse largo tiempo a la virtud,
Y el viento resistir de la desgracia
Y moribundas combatir aún.

Cual la gota de agua que en la punta
De una hoja hace el viento estremecer;
Y el árbol la sacude, y tiembla, y lucha,
Perla antes de caer, fango después?

Empero puede su esplendor primero
Esa gota brillante recobrar;
Puede salir dejando polvo seco,
Que el agua pura en ese fango está.

Dejad amar a la mujer caída,
Dejad al fango que le dé calor,
Porque todo en el mundo resucita.
Con los rayos de amor o los del sol.
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