Si en el mundo distante de este mundo
Se goza del amor que sobrevive,
Si allá se encuentra el corazón querido
Que del nuestro en la tierra se despide;
Si allá vemos los ojos que aquí amamos,
Mas sin lágrimas ya, pues son felices,
¡Benditas para siempre esas esferas
que el pensamiento más allá concibe!
Si eso es así ¡cuán dulce nos sería
Morir al punto, Eternidad terrible,
Ya perdido el temor con los reflejos
De los torrentes de tu luz sublime!
II
Y debe ser así: no por nosotros
Temblamos a la orilla del abismo,
Y a la frágil cadena de los seres
Luchamos anhelantes por asirnos;
Por los que quedan es por quien temblamos
Al surcar ese mar desconocido;
Por el temor que al vernos separados
Nuestros afectos queden divididos.
Mas en ese futuro se apodera
El corazón del corazón querido,
Y el alma con el alma se hace eterna
Siendo amantes aquí y allá infinitos.