”Vive el hombre un solo día,
Y entre la vida y la muerte
Luchando con la amargura
Sus breves horas se pierden.
Las lágrimas del dolor
Riegan su cuna inocente...
Las lágrimas de pesar
Su vida entera sostienen...
Y a la tumba le acompañan
Las lágrimas que se vierten...
Es infeliz cuando nace
Y es infeliz cuando muere;
Y en su triste desamparo
Lágrimas vierte a torrentes...
Y si quiere hallar consuelo
Amargas lágrimas bebe...
Son altares las pasiones
En el mundo, en donde aleves
A sus ídolos los hombres
Sus holocaustos ofrecen.
Y en sus aras sacrifican
Su inocencia a los placeres...
Por eso con la ignominia
Llevan manchada la frente...
Y son por eso traidores,
Engañadores, crueles...
Por eso cuando uno cae
Los otros de él no se duelen...
Su uno es hoy grande... mañana
Será escarnio de las gentes...
Y será más infeliz
Aquel que más grande fuere...
Esta es la vida... un acervo
De crímenes diferentes,
Donde se ven los cadalsos
Al lado de los laureles...
Alegres, fascinadoras,
Y engañosas las mujeres,
Entre su labio el veneno
Esconden de las serpientes...
Halagan con sus promesas,
Y pagan con sus desdenes...
Siempre engañando... y el hombre...
También engañando siempre...
Tal es el mundo, un montón
De viles e infames seres
Do aquel será más feliz
Que más engaños zurciere...
Tal es el mundo, un conjunto
De crimen y de padeceres,
En donde su asiento el hombre
En medio del vicio tiene...
Y ¿quién la vida amará?
¿Quién amará sus placeres
Sabiendo que son ponzoña
Que sus entrañas disuelve?”
El vulgo a tales razones
Moralizó indiferente:
Este mundo es un fandango,
Quien no baila es un zoquete.
II
El vulgo, en vez de llorar
Y maldecir de su suerte,
La vida juzga feliz
Porque el vivir le entretiene.
Y con sonrisa burlona,
Con labio prorrumpe alegre,
A todo siempre dispuesto
Aunque todo indiferente: