Gregorio Gutiér González


De La Señora Dolores Argaez

¡Bienvenida, Dolores, a la tierra
Que has elegido para ser tu patria!
¡Que ella te pague en abundante dicha
Lo que le das en hermosura y gracia!

¡Flor extranjera, del nativo suelo
A otro suelo distante transplantada!
¡Errante golondrina, que otro nido
Vas a buscar en extranjeras playas!

¡Que en tu nuevo jardín, flor deliciosa,
Te acaricien sin fin tranquila auras!
¡Que tu nueva arboleda, ave inocente,
Te brinde sombra entre sus verdes ramas!

¡Sea este suelo para ti tan dulce,
Como es dulce la luz de tu mirada!
¡Bienvenida, Dolores, a la tierra
Que ha elegido para ser tu patria!
Es verdad que este suelo no lo alfombran
Para ti los recuerdos de la infancia,
Es verdad que has dejado allí, a lo lejos
Dulces afectos y memorias gratas;

Pero el risueño porvenir, de flores
Aquí el camino cubrirá en tu marcha,
Y no importa un recuerdo cuyas sombras
Disipa con su luz nueva esperanza.

Esas memorias de la edad primera
Son siempre bellas porque están lejanas,
Y sus recuerdos nos parecen dulces
Porque los vemos al través de lágrimas.

Mas para ti ¿qué importa lo pasado,
Si tanta dicha el porvenir te guarda?
¡Bienvenida, Dolores, a la tierra
Que has elegido para ser tu patria!
Tú, llena de candor y de inocencia,
A las bellezas de la nueva patria
El encanto dará de tu hermosura
Y el atractivo de tu inmensa gracia.

Y adoradores a tus pies rendidos
Encontrarás por donde quier que vayas,
¡Y plegue al cielo que feliz encuentres
Una alma noble que refleje tu alma!
¿Qué admire Medellín la nueva estrella
Que su cielo bellísimo engalana!
¡Que coloque otra flor entre las flores
Que forman su magnífica guirnalda!

¡Que halles tu porvenir dulce y risueño
Como es dulce y risueña tu esperanza!
¡Oh! ¡bendita, Dolores, esta tierra
Que has elegido para ser tu patria
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