Una cesta de flores primorosas,
Sobre la puerta de Justina vi;
Si es que quiere tener flores hermosas.
¿Por qué no pone su retrato allí?
De esa mujer en los hermosos ojos
Un universo de placer chispea,
Palidecen del sol los rayos rojos
Y vacila la luz si pestañea.
¿Por qué tu frente siempre tan serena
Sobre tu mano se reclina así?
¡Oh! Cambiemos mi dicha por tu pena,
Alza la frente y mírame sufrir.
Yo tengo un alma de placer sedienta
Que sólo del pasado vive ya:
Como ya la esperanza no alimenta
Mi dicha sólo en el recuerdo está.