(En La Capilla)
Si la suerte fatal que me ha cabido,
Y el triste fin de mi sangrienta historia,
Al salir de esta vida transitoria
Deja tu corazon de muerte herido;
Baste de Ilanto: el animo afligido
Recobre su quietud; moro en la gloria,
Y mi placida lira a tu memoria
Lanza en la tumba su postrer sonido.
Sonido dulce, melodioso y santo,
Glorioso, espiritual, puro y divino,
Inocente, espontaneo como el llanto
Que vertiera al nacer: ya el cuello inclino!
Ya de la religion me cubre el manto!
Adios, mi madre! adios-El Peligrino.