OYES la destrucción de la madera (los termes ciegos en sus venas), ves las agujas y los armarios llenos de sombra.
Es la siesta mortal. ¡Cuánta niñez bajo los párpados!
Como al tábano triste en el verano, apartas de tu rostro la sarga negra de tu madre. Vas
a despertar en el olvido.