Nada te es propio, vives en lo prestado, no logras levantar el velo?
Cesa de empuñar tu nombre, abre la mano y deja que
Se escurra hasta que te llamas Silencio.
La caza está prohibida, la pesca está permitida.
Entra en la red que extiendes en tu mar interior.
Se tu mismo la presa.
En el instinto sumerge tu conciencia.
Cesando de pedir, recibe como
si fueras un vaso sagrado.
Pensabas que el tesoro estaba huyendo.
Comprendiste que
Tu búsqueda lo alejaba.
Ya no serás un nombre más entre los otros nombres, sino
Una esfera transparente que los contiene.