Haz del odio un rosal en el jardÃn de tu silencio.
Recibe como ofrenda las flechas que te disparan.
Limpia las adherencias oscuras que porta cada palabra:
Al pasar de mente en mente cesan de ser cofres traslucidos
Para convertirse en lunas opacas.
En las tierras de la mudez crece la flor de oro.